La diabetes es una enfermedad en la que el organismo presenta altos niveles de glucosa en la sangre, debido a que el páncreas no produce insulina o porque hay resistencia a la acción de esta hormona en el organismo. La insulina es la hormona que permite que la glucosa entre en las células para brindarles energía.
Actualmente es la segunda enfermedad crónica más común en los niños, y aunque anteriormente la mayoría de ellos presentaba diabetes tipo 1, ahora también hay pequeños que sufren de diabetes tipo 2, debido a que gran parte tienen problemas de obesidad. Anteriormente su aparición era tardía, pero ahora se ha visto su debut en niños menores de 6 años, lo cual representa un problema de salud a nivel mundial y una crítica al estilo de vida de las sociedades de la actualidad.
Es importante que antes y durante el embarazo se mantenga una dieta equilibrada, especialmente si la mujer sufre de diabetes. Las madres deben estar atentas ante la alimentación igualmente de los bebés y niños, cuidando que no consuman muchos dulces y que hagan ejercicio, evitando la vida sedentaria, la cual es la responsable de la obesidad.
¿Cuáles son las causas de la diabetes infantil?
El origen depende del tipo de diabetes que sufra el niño, en caso de que sea la diabetes tipo 1, es responsabilidad del sistema inmunitario, el cual es el encargado de proteger al organismo de las sustancias extrañas o peligrosas. Las células productoras de insulina son atacadas y destruidas. La ausencia de esta hormona impide realizar correctamente el metabolismo de los hidratos de carbono, grasas y energía.
Cabe destacar, esta falla del sistema inmunitario se debe a factores genéticos y ambientales, los primeros están liderados por la herencia genética y los segundos por virus.
Por otro lado, la diabetes tipo 2 es causado directamente por el individuo, debido a malos hábitos alimenticios y en el estilo de vida, aunque también por una predisposición genética.
¿Cuáles son los síntomas que presenta un niño con diabetes?
Las manifestaciones de este tipo de enfermedad son: cansancio, pérdida de peso, aumento del apetito, mucha producción de orina, sed intensa, irritabilidad, visión borrosa, nauseas, mal aliento, dolor de estomago frecuente, problemas de respiración y en las niñas se puede presentar infección fúngica vaginal (candiasis).
¿Cómo se diagnostica la diabetes infantil?
La evaluación de la diabetes infantil tipo 1 se realiza mediante un “glucómetro” en el que se determina los niveles de glucosa en la sangre, este examen se obtiene a través de una gota de sangre, resultante de un pinchazo en el dedo. Puede hacerse en la consulta de un especialista, en un servicio de urgencias o en una farmacia.También puede realizarse midiendo la glucosa y cuerpos cetónicos o acetona en la orina, mediante una tira reactiva.
En el caso de la diabetes tipo 2 se realiza a través de la determinación glucosa en ayunas. Se considera que los niveles repetidos de glucosa de 126 mg/dl son patológicos. En el caso de un examen de glucosa sin ayunar, es decir, aleatorio, se considera sospechoso si los niveles son superiores a 180 mg/dl y si hay dudas, entonces se realiza una curva de glucosa por medio de un preparado con 75 mg de glucosa.
¿Cuál es el tratamiento de la diabetes infantil?
Los cuidados que debe tener un niño con diabetes se basan en ajustar las comidas que consumen, evitando la ingesta de azúcares en exceso, igualmente se les aplicará ciertas inyecciones de insulina o bombas de esta hormona. También deben estar en constante chequeo en cuanto a los niveles de sangre y mantener un estilo de vida activo, realizando actividades físicas.
¿Cuáles son las consecuencias que puede desencadenar una diabetes infantil?
A corto plazo puede producirse cetoacidosis, una afección grave que puede conllevar a un coma diabético, en la que se pierde el conocimiento por poco o mucho tiempo e inclusive la muerte. Ocurre cuando el cuerpo no puede usar la glucosa para producir energía, debido a que el organismo carece de ella o tiene insuficiente.
A largo plazo la diabetes infantil puede traer ciertas complicaciones como la perdida de la visión, hipertensión, derrame, impotencia sexual, insuficiencia renal y enfermedades pulmonares.
¿Cómo se puede prevenir la diabetes en los niños?
La prevención debería comenzar desde el embarazo con los cuidados pre-natales en cuanto a alimentación, estilo de vida y chequeo, igualmente luego del parto, a través de la lactancia, procurando alimentar a los bebés con la leche materna y no con aquellas artificiales, las cuales no contienen los nutrientes que brinda la natural, además que posee azúcares innecesarios.
Una vez que crecen, sus exigencias son distintas e igualmente su alimentación y el ritmo de vida que lleva. Es conveniente que vigile lo que come, evitando el exceso de azúcares, grasas y en general, los alimentos insanos. En su lugar procure que consuman más frutas, verduras, legumbres y granos. También, limita las porciones de comida que sirves, así ayudarás a que mantenga un peso saludable.
Inculca un estilo de vida saludable que también incluya el ejercicio, mediante deportes o juegos, evitando el sedentarismo, el cual, junto con la mala alimentación son los principales responsables de la obesidad y a su vez de la diabetes infantil.
Para garantizar que se mantengan activos, disminuye el tiempo que utilizan para la computadora, la televisión o los videojuegos, en su lugar utilicen ese tiempo tan valiosos en otras actividades. Los padres no deben dejar como distracción únicamente a los aparatos electrónicos, sino convivir con ellos, jugar, salir, caminar o correr, inscribirlos en un equipo deportivo o en grupos de bailes.
Incidencia en España de la diabetes infantil
Las cifras de esta enfermedad siguen aumentando debido al estilo de vida actual de muchas personas, en las que la tecnología y el Internet lidera por encima de la actividad física, igualmente la mala alimentación con el aumento en la ingesta de azúcares y grasas. En España se estima que existen aproximadamente 30.000 casos de diabetes en niños menores de 15 años, un 90% de ellos son tipo 1, la cual suele aparecer súbitamente durante las primeras semanas de nacimiento.